Nube doméstica

Entre molduras castizas e historia de la Gran Vía madrileña, se desarrolla una secuencia de espacios que huyen de la rigidez de la oficina tradicional. Este proyecto propone una concatenación fluida, donde el trabajo y lo doméstico se entrelazan. Un espacio central se convierte en un gran salón-comedor: un lugar para conversar, pensar y compartir. La zona del estudio recibe el nombre de: La Nube. Una cortina clara, casi ingrávida, envuelve el espacio, tamizando la luz y creando una atmósfera suspendida. En su interior, cada momento encuentra su forma. Una reunión o comida, descanso o debate. La Nube es un refugio flexible, un gesto suave sobre la densidad del entorno urbano. Un pequeño universo doméstico flotando sobre el eco de Madrid.

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